La trágica muerte de dos hermanitos de 6 y 8 años conmociona a Grecia. Los chiquitos, que habían desaparecido a fines de mayo pasado, fueron hallados asfixiados dentro del ascensor de un edificio comercial deshabitado, en la ciudad de Orestia.
Los hermanitos fueron encontrados a raíz de las denuncias de los vecinos del lugar, quienes llamaron a la Policía porque en el lugar se sentía un olor muy fuerte y nauseabundo.
Aparentemente, el día en que desaparecieron -el 28 de mayo pasado- los chicos fueron a jugar a un edificio ubicado cerca de su casa que -con excepción de la planta baja, donde funciona un centro comercial- se encuentra deshabitado.
La suerte quiso que en el momento en que quedaron atrapados en el ascensor, los negocios estuvieran cerrados. Por eso, nadie los oyó.
Los hermanitos rompieron parte de un panel de la puerta del ascensor, que quedó bloqueado entre el 3er y el 4to piso del edificio. Por allí arrojaron parte de su ropa, con la esperanza de llamar la atención y ser rescatados, pero no lo consiguieron.
Si bien todavía se esperan los resultados de la autopsia, los primeros estudios revelaron que no hay signos de que indiquen que los chicos fueron víctimas de un asesinato. Todo indica que murieron asfixiados.
Investigación cuestionada
La madre de los chicos esperó varias horas para denunciar la ausencia de sus hijos, recién lo hizo en la tarde del 28 de mayo pasado. Sin saberlo, selló el destino de los nenes: dijo que creía que los chiquitos habían sido vendidos por su esposo.
Así fue que la Policía centró su investigación en los dichos de la mujer, basados en meras suposiciones y no en hechos concretos.
Este accionar puso en la mira a los policías que trabajaron en el caso. Fueron duramente cuestionados porque al meterse de lleno en la hipótesis de la "venta", prácticamente no buscaron a los chicos.
Durante las últimas semanas se dedicaron a investigar al padre de los nenes, quien todo el tiempo aseguró que no tenía nada que ver con su desaparición, y a su entorno.
