CULIACÁN._ La tristeza de los agentes viales y preventivos es notoria. Todos, formados en la Dirección de Tránsito, permanecen serios. A lo lejos se escuchan las sirenas de las patrullas que acompañan el cuerpo de Demetrio Verdugo Ríos, asesinado en el fraccionamiento La Campiña.
Conforme se acerca el cortejo fúnebre el silencio es mayor. El cuerpo llega y uno a uno los agentes y personas del Área Jurídica de la corporación vial montan guardia de honor, sin poder ocultar el dolor.
Un agente de Tránsito toma la palabra y recuerda al oficial caído en cumplimiento de su deber, como un compañero sencillo, noble y con sentido del humor que será difícil de olvidar.
"El próximo 2 de julio el Primer Oficial Demetrio Verdugo Ríos estaría festejando al lado de sus compañeros de la generación número 18 de la Escuela de Policía de Tránsito, 24 años de servir a la sociedad", comenta a los asistentes en el mensaje oficial.
"A todos sus seres queridos que hoy lloran con razón y con dolor su partida les deseamos que el bálsamo de la resignación los cobije de manera eficaz y pronta".
Terminado el mensaje, espontáneamente un hombre que se presenta como hermano de Demetrio Verdugo, levanta la voz y exige que no se deje desprotegida a la familia ante la desgracia que están viviendo.
Luego se escucha el último pase del lista en el que resuena en el tejaban el nombre de Demetrio Verdugo Ríos.
Se escucha el redoble de los tambores y cornetas de la banda de guerra de la Policía Municipal y enseguida los disparos en honor al oficial caído.
Por último, sus compañeros lo despiden con el saludo oficial y las sirenas de las patrullas encendidas, las cuales lo acompañan hasta Catedral y posteriormente al panteón donde fue sepultado.
