Un soldador que trabajaba en las ruinas del ingenio Rosales de Costa Rica, murió este jueves por la mañana al desplomarse un piso, sufrir una caída de 10 metros y golpearse la cabeza.
Era uno de los casi 50 empleados que laboran con un contratista, quien trabaja para los dueños de lo que queda del ingenio en su desmantelamiento.
La víctima no traía arnés de seguridad al igual que la mayoría de los empleados, quienes a lo mucho portan guantes y un casco.
Dos jóvenes que estaban a unos metros de él se salvaron de caer al hacerse a un lado.
Ellos corrieron a él al verlo herido; le pusieron un trapo en la cabeza tratando de evitar se desangrara, pero fue inútil.
"Yo y mi compañero estábamos con él, a sólo unos metros, limpiando la planta alta. Ya casi habíamos terminado cuando el piso sobre el que estaba se vino abajo", dijo uno de los empleados a los policías ministeriales.
Familiares lo identificaron en el lugar como José Luis Cebreros López, de 60 años, soldador; tenía su domicilio en la colonia Veracruz, de Costa Rica.
Murió al sufrir un fuerte golpe en la cabeza al caer e impactarse contra el piso que se desplomó y las tuberías viejas que también se precipitaron.
El reporte. A las 11:15 horas avisaron del accidente a la Cruz Roja.
En un par de minutos llegaron; ya estaba muerto.
Se encontraba en un sitio distinto al de la caída, pues sus amigos lo cargaron a la entrada de las ruinas del ingenio para auxiliarlo.
Su familia no vive lejos, y fueron avisados de la muerte; su esposa, algunos de sus hijos y otros familiares acudieron.
Ahí estuvieron; no se movieron hasta que los empleados de una funeraria se llevaron el cadáver, poco más de hora y media después.
Guadalupe Obeso, representante social del Ministerio Público de Costa Rica, se encargó de dar fe del percance, iniciar con la investigación y corroborar se trató de un accidente.
